Luis Zamora
No sé por qué Luis fue tan especial desde el primer momento, o sí sé, en realidad es solo un modo de empezar a escribir, el día que lo conocí iba escuchando La vi en un bar de Rubén Aguiar, con la voz de Judith convenciéndome del milagro del amor, como cada vez que la escucho, dejé la música con desgana y me preparé para hacer la visita de rigor a los parientes del nuevo novio.
En la puerta me recibió ese señor con su cabeza pelona, los agudos ojos claros, un chandal de color indescifrable y un pullover blanco con manchas y descolocado, detrás Noelia con esa cara tan peculiar, esa expresión de braveza que pierde irremediablemente cuando sonríe y la mirada ingenua que me hizo recordar los ojos de mi abuela.
Ni media hora había pasado cuando ya me sentía como en casa, me contaron sus historias, leí los cuentos de Luis y vi sus esculturas encontradas, oí la música que les gustaba, comí la comida de Noelia y supe que había llegado a un buen sitio.
Luis Zamora murió ayer, y me alegro, ya él no estaba y el cuerpo languidecía en una cama ajena, para qué más tiempo?, inútil permanencia!
Dos cosas me dejó, una familia y la nostalgia por él.
Ese primer día de conocerlos escribí este poema, sirva para decir adiós a mi amigo:
La voz dulce del vals habla de comienzos, magia y deseo.
Un hombre y una mujer descubren en los ojos el inicio de la vida,
bailan y cantan, se mecen en la excitación de la aventura mientras suena el vals.
Un hombre y una mujer se despiden con una mano fugaz sobre el hombro, fugaz y persistente
La mujer enlaza tierna sus dedos temblorosos o alisa su delantal,
sentada en el borde de una silla,
mientras el hombre de voz cascada y párpados caídos se despide,
vacila pocas veces pero se despide, lentamente, sin estridencias
lleva sus pies cansados entre los arbustos secos,
el patio abandonado encuadra su rendición.
Qué puede pensar un hombre que decide contar los días marcha atrás,
que decide poner fin a la continuidad, a los comienzos?
Un hombre decide que cada mañana será una menos,
un hombre lúcido y feliz renuncia a seguir un camino trazado por otros
un hombre acompañado decide que no continuar es su fallo, su sentencia
Un hombre con una mano sobre su hombro levanta sus ojos hacia la mujer amada y dice adiós
Canta, princesa, la canción de los comienzos, hunde en la duda esta certidumbre
Qué debe hacer un hombre que sabe que la muerte es la opción de reencontrarse?
WOW
Sin palabras.
Muy bonito Gise como todo lo que escribes,saludos .
Arnaldo
(teacher Maggie) Siento mucho su perdida y me parece un hermoso homenaje este que acabo de leer. Muchas gracias.
De un lado la partida muy triste, como toda partida definitiva…
Del otro, tu poema… que ya te había comentado…
” Tu mirada sobre las cosas no deja de fascinarme… siempre
Una Mujer que ve y piensa así, a quien le funcionan así las entendederas, debiera tener otro destino
Tú deberías ser todo el tiempo esa mujer que eres que tienes abandonada por años años años
No te mereces”